Cuando yo vaya a Lima a establecerme en ella.
En esa fortaleza de lujo y de placeres;
y me haga varios ternos de cortes elegantes
y me compre sombreros de las mejores marcas...
Cuando yo vaya a Lima, después de tantos años
y por las avenidas me compre un chalecito...
Y un fordcito de a ocho me lleve y me transporte
de cuando en cuando, al centro, a realizar mis compras
......................................................................................
Olvidaré de seguro, todos los años malos
que he pasado en mi chacra sembrando mis arroces:
¡allí, seré un magnate, de aquellos de gran tono!
porque iré sólo a palco, al teatro y a los toros!.........
Pero el ricacho olvida que cuando piensa aquello
sus piernas están secas de tanto reumatismo;
y en sus ojos, la nube de la vejez ahuyenta
todas las claridades que ansía con el alma....
Porque el mezquino rico, que en los placeres piensa
irá a morir seguro en la ciudad opulenta.......
En tanto, en su terruño, los campos estén muertos;
y los ganados flacos; y el ocio enseñoree...........
Así sueñan algunos de aquellos pobres ricos
que viven dentro de isbas sin darse ningún pisto:
.............¡cuando yo vaya a Lima....................
¡Es el sueño de todos!..............
¡Cuando yo vaya a Lima, de pena me habré muerto!
Chepén, 31 de diciembre de 1939.
ULISES ROBLES VIERA
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