ULISES ROBLES VIERA.
Un relato sobre aspectos de la vida de ULISES ROBLES VIERA.
De la Revista Monográfica de Chepén.
Edición Coleccionable N° 18
Diciembre del 2007.
Autor: Roque Miguel Tucto Chávez
Entraba al salón de clase con su cuerpo alto, voluminoso, su rostro blanco, de ojos grandes celestes, cabello recortado al ras, y su voz sonora.
"Tomen asiento" nos decía, y luego, por ejemplo:
-Vamos a estudiar el Himno Nacional...
Cogía dos tizas, una en cada mano, se paraba frente al pizarrón y escribía simultáneamente y a renglón seguido:
Somos libres seámoslo siempre,
con la mano derecha
y antes niegue sus luces el sol
con la izquierda
Y seguía poniendo debajo:
que faltemos al voto solemne
con la derecha
que la Patria al Eterno elevó
con la izquierda.
Así continuaba escribiendo al mismo tiempo con ambas manos hasta terminar la o las estrofas que íbamos a tratar.
A la hora del recreo comentábamos la habilidad del ilustre maestro y no faltaba alguno, ya de 15 ó 18 años, que se atrevía a dudar.
Eso lo ensayó, lo tiene bien ensayado y viene a hacernos creer...
La discusión llegó alguna vez a mayores, pero terminaba cuando todos hacíamos callar al insolente que era de los que "se hacían la vaca" y no sabía bien lo que ocurría en la escuela.
Otro día entraba el maestro, carraspeaba y, dirigiendo la mirada viva a los 40 ó más alumnos en el aula , advertía:
-Hoy haremos un poco de Aritmética... Y tomaba una tiza en cada mano, trazaba una raya al centro, después escribía al mismo tiempo:
Restas Sumas
1.534,077- 2.578,985+
1.259,891 9.856,456
________ 7.728,257
________
Y nos ponía varias operaciones de muestra que nosotros copiábamos en nuestros cuadernos para proceder a ejecutarlas.
En otra ocasión llegaba:
-Veremos ahora qué queremos decir cuando rezamos el Credo: Y usando sus dos manos escribía con letras iguales:
Creo en Dios Padre Todopoderoso
con la derecha
y en Jesucristo su único hijo
con la izquierda
y seguía anotando hasta terminar.
No se equivocaba nunca. Ni siquiera en los colores cuando alguna vez nos dio clase de Dibujo.
-Vamos a pintar un paisaje ¿trajeron su cuaderno de dibujo y sus colores?...Muy bien, hagamos la casa de un campesino.
Y abriendo los brazos frente al pizarrón dibujaba explicando:
- Acá, a la izquierda, viene el hombre jalando una vaca y acá a la derecha, le espera su esposa con su hijito...Aquí está la casa y un árbol de naranjas con frutos ya maduros, a la izquierda, unos árboles y, al fondo un cerro... También hay algunas nubes... Y el perro que sale moviendo la cola para recibir a su amo...
Y a medida que hablaba, dibujaba y pintaba con ambas manos, cambiando las tizas según el color que necesitaba...
Era don Ulises Robles Viera, el Director del Centro Escolar de Varones, de Segundo Grado N° 233, de Chepén.
Había nacido en el Rímac y estudiado para Preceptor, que era el título profesional de los maestros de Escuela en esa época. Robles Viera era un hombre extraordinario, un intelectual
"de polendas", como era común decir en ese entonces cuando los maestros o preceptores sabían de todo; pero nuestro Director les superaba con su voz ronca, sonora, su ambidextría y su bondad. Fue poeta, historiador, ensayista, pintor, compositor...Gran amigo y gran maestro quien nos enseñó canciones que por más que he indagado no las conocían en ninguna otra escuela del norte peruano. Compuestas por él, solamente las cantaron los alumnos del Centro Escolar de Varones N° 233, que el dirigía, y las alumnas del Centro Escolar de Mujeres N° 234, que dirigió su esposa doña Zoila Hora de Robles. Sus familiares dicen que aprendió a usar la mano izquierda obligado al haberse quemado la derecha.
De la Revista Monográfica de Chepén.
Edición Coleccionable N° 18
Diciembre del 2007.
Autor: Roque Miguel Tucto Chávez
Entraba al salón de clase con su cuerpo alto, voluminoso, su rostro blanco, de ojos grandes celestes, cabello recortado al ras, y su voz sonora.
"Tomen asiento" nos decía, y luego, por ejemplo:
-Vamos a estudiar el Himno Nacional...
Cogía dos tizas, una en cada mano, se paraba frente al pizarrón y escribía simultáneamente y a renglón seguido:
Somos libres seámoslo siempre,
con la mano derecha
y antes niegue sus luces el sol
con la izquierda
Y seguía poniendo debajo:
que faltemos al voto solemne
con la derecha
que la Patria al Eterno elevó
con la izquierda.
Así continuaba escribiendo al mismo tiempo con ambas manos hasta terminar la o las estrofas que íbamos a tratar.
A la hora del recreo comentábamos la habilidad del ilustre maestro y no faltaba alguno, ya de 15 ó 18 años, que se atrevía a dudar.
Eso lo ensayó, lo tiene bien ensayado y viene a hacernos creer...
La discusión llegó alguna vez a mayores, pero terminaba cuando todos hacíamos callar al insolente que era de los que "se hacían la vaca" y no sabía bien lo que ocurría en la escuela.
Otro día entraba el maestro, carraspeaba y, dirigiendo la mirada viva a los 40 ó más alumnos en el aula , advertía:
-Hoy haremos un poco de Aritmética... Y tomaba una tiza en cada mano, trazaba una raya al centro, después escribía al mismo tiempo:
Restas Sumas
1.534,077- 2.578,985+
1.259,891 9.856,456
________ 7.728,257
________
Y nos ponía varias operaciones de muestra que nosotros copiábamos en nuestros cuadernos para proceder a ejecutarlas.
En otra ocasión llegaba:
-Veremos ahora qué queremos decir cuando rezamos el Credo: Y usando sus dos manos escribía con letras iguales:
Creo en Dios Padre Todopoderoso
con la derecha
y en Jesucristo su único hijo
con la izquierda
y seguía anotando hasta terminar.
No se equivocaba nunca. Ni siquiera en los colores cuando alguna vez nos dio clase de Dibujo.
-Vamos a pintar un paisaje ¿trajeron su cuaderno de dibujo y sus colores?...Muy bien, hagamos la casa de un campesino.
Y abriendo los brazos frente al pizarrón dibujaba explicando:
- Acá, a la izquierda, viene el hombre jalando una vaca y acá a la derecha, le espera su esposa con su hijito...Aquí está la casa y un árbol de naranjas con frutos ya maduros, a la izquierda, unos árboles y, al fondo un cerro... También hay algunas nubes... Y el perro que sale moviendo la cola para recibir a su amo...
Y a medida que hablaba, dibujaba y pintaba con ambas manos, cambiando las tizas según el color que necesitaba...
Era don Ulises Robles Viera, el Director del Centro Escolar de Varones, de Segundo Grado N° 233, de Chepén.
Había nacido en el Rímac y estudiado para Preceptor, que era el título profesional de los maestros de Escuela en esa época. Robles Viera era un hombre extraordinario, un intelectual
"de polendas", como era común decir en ese entonces cuando los maestros o preceptores sabían de todo; pero nuestro Director les superaba con su voz ronca, sonora, su ambidextría y su bondad. Fue poeta, historiador, ensayista, pintor, compositor...Gran amigo y gran maestro quien nos enseñó canciones que por más que he indagado no las conocían en ninguna otra escuela del norte peruano. Compuestas por él, solamente las cantaron los alumnos del Centro Escolar de Varones N° 233, que el dirigía, y las alumnas del Centro Escolar de Mujeres N° 234, que dirigió su esposa doña Zoila Hora de Robles. Sus familiares dicen que aprendió a usar la mano izquierda obligado al haberse quemado la derecha.
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